Una entrevista al pintor catalán llamado 'El Creador'

«Parte de mi genio vivirá eternamente»

El nombre de este peculiar pintor catalán es Jaume Queralt, o simplemente conocido por su pseudónimo, El Creador.
Discreto y poco hablador, este hombre de un don particular afirma desconocer los cuadros de los 'niños llorones', del famoso pintor de origen italiano Bruno Amadio, el Pintor Maldito. Aún así, las impactantes muñecas que pinta el artista catalán no dejan indiferentes a sus admiradores. Este pintor lleva cincuenta años "viviendo con el arte y para el arte", y confiesa que le enriquece la experiencia de la paz nocturna. Le apasionan las caminatas largas y el esoterismo. Para él, el negro es también un color, y le encantan los tonos grises.

Entre los cuadros más extravagantes que le han encargado se halla uno que representa a un hombre de psiquiátrico comiéndose en un plato los gusanos de su propio cuerpo. Se lo encargó en el lejano 1979, un coleccionista de Reus que posee unos 200 cuadros suyos.
Siendo padre del actor Jack Queralt, quien protagonizó la película Capa Negra, el pintor dice lo siguiente acerca del valor del alma humana: «El alma no tiene precio. Me traslado con otras almas en otras dumensiones, y ellas me ayudan a canalizar mi don en la tierra.»

¿Cómo definirías a tus famosas 'muñecas'? ¿Son 'lloronas'? Impresionan bastante...
—No son "lloronas". Les doy alma y vida, a través de su mirada. Hace años hablaba con anticuarios de Tarragona, y entonces descubrí el mundo esotérico. Soy un gran figurativo y domino los colores, la perspectiva y las luces usando la geometría de los objetos. A veces, la gente no sabe ver bien ni tampoco profundizar, por eso confunde vivencias propias con lo que los ojos de mis muñecas ven en este momento...

Entonces, ¿no provocan tristeza ni terror?

—No, para nada. Mis cuadros evocan emociones, y si es así, eso es lo que cuenta para mí. He vendido miles de estos cuadros al pastel al óleo, en todo el mundo.

¿Consideras eternas tus obras?

—Hay vida en mis pinturas... Parte de mi genio vivirá eternamente dentro de cada cuadro. 

El precio de una obra tuya puede llegar desde los 600 euros hasta los 150 000. ¿Qué cuadro no pintarías nunca ni por dinero?

—Un cuadro que no me transmitiera nada y lo tuviera que hacer a disgusto. Simplemente, algo que no me hiciera sentir nada y no me conmoviera.

¿Crees en el renacer de un ser?

—Me han dicho que me he reencarnado en esta vida, con varios pintores del pasado...

Podría ser, ¿con el italiano Bruno Amadio también?

—No lo sé, puede ser. Esta es una misión que cumplo desde que nací. Empecé a pintar con cinco años, y con diez ya iba a la Escola d'Art i Disseny en Tarragona.

¿Cuál fue tu primer cuadro?

—Fue una cabeza de caballo. Los animales siempre me han gustado.

De alguna manera, ¿el alma del pintor queda grabada en su obra?

—Sí. La pintura es eterna, y es la vida del pintor que queda reflejada allí; los momentos duros y de sufrimiento. En el arte, me gusta la parte del sufrimiento y del dolor. Van Gogh ha sido mi referente, pero aún así, no me he influenciado por él en mi período impresionista. 

¿Qué expresa un rostro para ti?

—Es el reflejo del alma. A los ojos les doy vida. Plasmo el alma en ellos.

¿Existen los 'pintores malditos'?

—Hay pintores malditos, sí. Y es así por la energía misma de sus cuadros.

Tal vez, eres un artista incomprendido para la época en la que vivimos. Sin embargo, ¿por qué pintas?

—Es la forma de expresar mi alma. No podría vivir sin pintar. Cada pincelada es una necesidad primordial, así que tengo que dibujar todos los días.


Más sobre el arte de Jaume Queralt,
en su perfil artístico en facebook:


Fotos: cedidas









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