Un reportaje sobre músicos rockeros

El rockero tarraconense Miguel Zanón y su
Juan Zarppa y los hombres tristes


Miguel es un hombre de 45 años, ya con experiencia en el mundo de la música.  No hace falta que uno le conozca en profundidad para darse cuenta enseguida que él es un verdadero apasionado del rock clásico de toda la vida; los detalles que resaltan cuidadosamente ya están dando referencia en la vestimenta tejana de rockero que lleva. Es discreto, no le gusta exponer demasiado algo que se supone que los demás ya dan por hecho. Al haberse criado en un ambiente de gente aficionada a la música en general, de muy joven eligió su camino profesional y vital. “Mi padre y mi tío tocaban instrumentos. Les gustaba mucho la música”, recuerda. 

Cuando se lanzó en el mundo inmenso del rock, era todavía muy joven. Trabaja en el estudio musical de grabación desde hace veinte años. Él mismo participa como arreglista, técnico de sonido o haciendo mezclas y a menudo toca la guitarra. Aquí graban sus discos grupos de toda España. “Al principio lo combinaba con otros trabajos”, cuenta diciendo que esto es “una cosa muy profesional y que uno debe tener conocimientos”. Hablando del tema, añade que es una labor creativa y bastante singular y artística. “No es el concepto de levantar la persiana”. 

Confiesa que no tiene estudios musicales, pero que lleva la música rock y los trabajos de grabación por dentro, explicando que hace años no había escuelas donde se podía aprender. Es autodidacto, desde siempre. “Antes no había YouTube. Todo lo tenías que aprender tú”.

Sus inicios en el mundo del rock
Comenzó tocando con amigos y montando los cables para el escenario, cosa que le ha servido para llegar donde está en este momento. “Es un continuo: o seguir en tu proyecto, o en proyectos con otra gente”, busca la respuesta de la actitud y la actividad rockera en Tarragona, en el día de hoy. Para él, “la música es algo muy global, y no hacer escenas locales”. En Tarragona, por ejemplo, en este punto, no ve “ni negocio, ni público” y por ello “es difícil ganarse la vida haciendo rock”. Lógicamente, divide las bandas, “de primera división, o nada”. Aunque sea triste, es así, y Miguel lo afirma con la frase: “O llenas las salas, o nada”. Cosa difícil, pero no imposible. Se gana la vida realizando actuaciones junto con otros músicos, en Cataluña y España. Tarragona la ve como “una escena pequeña” donde “la gente no está vinculada a nada”, pero aún así, sigue con sus proyectos teniendo fe en sus fans.

Uno de sus proyectos realizados es Juan Zarppa y los hombres tristes. El disco incluye diez composiciones, entre las cuales destacan: la más corta, “Tormenta en los arrozales” (02:17 min) y “Sin luz”. En el álbum participan también Sergio Santiago (bajo) y Carlos Gracia (batería). Miguel es el vocalista y el guitarrista. Al tener ya grabados tres discos antes, sabe cómo se debe trabajar para mantener la llama y el amor de los fans en la ciudad y los alrededores. La letra la escribe él colaborando en la realización de las canciones con otros músicos de toda España. “Primero componemos la música, después viene la letra”, desvela su secreto profesional.

La gira para promocionar su nuevo álbum la empezó con ocho conciertos: en Reus, Cambrils, Tarragona y Zaragoza. Su esperanza y la fe sincera como artista están en la siguiente clave: después de tener la oportunidad de tocar variaciones de hits en verano por la costa junto con otras bandas de rock del Reino Unido, poder hacer más actuaciones artísticas, en el escenario tarraconense. Su filosofía cabe en las frases emblemáticas típicas de un artista franco y noble:

“Soy un rockero clásico. En la música no es que se lleve más una cosa u otra; es encontrar la balanza”.

Foto: cedida




Comentarios

Entradas populares de este blog

Una entrevista al pintor catalán llamado 'El Creador'

Un reportaje sobre el restaurante tarraconense Barquet

Un relato de mi libro SUSPIROS DE HADAS. 14 historias de misterio y suspense